Si algo hay que aceptar es que la tecnología ha facilitado de distintas maneras la vida del ser humano. Ya no es necesario salir del hogar para buscar algún producto y comprarlo, ni siquiera el periódico es indispensable cuando las noticias están en internet. Es tan amplio el conjunto multimedia que el internet ofrece que la comunicación entre personas, desde la llegada de las redes sociales, se ha transformado constantemente.
Es el caso de Facebook, la red social creada por Marc Zuckerberg, que llegó a revolucionar la manera de comunicarnos y expresarnos frente a los demás. Su alcance, 1,100 millones de usuarios en todo el mundo (según las cifras de la página oficial de Facebook) son el índice más claro de que las redes sociales y el internet han sobrepasado los límites de la imaginación.
No hay duda, el crecimiento y éxito de las redes sociales, en especial la fundada por Zuckerberg, ha generado infinidad de beneficios a los usuarios que pertenecen a ellas (la comunicación inmediata, el acceso a ciertas actividades placenteras, contenidos multimedia, por citar algunos).
Sin embargo, múltiples estudios han detectado en la tecnología y las redes sociales una consecuencia por el manejo excesivo de los servicios que ofrecen: el riesgo de convertir el uso en adicción.
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Les dejo este pequeño video de Facebook en la vida real
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¿Puede el Facebook convertirse en adicción?
Isaías Castillo, sociólogo egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana, mencionó: “Sí se puede ser adicto a la tecnología en la medida que, al igual que con las drogas, se viva para ella. Es decir, que tu vida dependa del uso sin importar lo que sucede alrededor” Aunque precisa que en el Facebook, a comparación de otras adicciones, los usuarios dependen de lo que los demás escriben en los portales personales.
Así lo demuestra el resultado de un estudio realizado por la Universidad de Harvard. El análisis elaborado por Diana Tamir y Jason P. Mitchell, psicólogos del Laboratorio de Neurociencia Social, Afectiva y Cognitiva de dicho instituto, reveló que el Facebook y otras redes sociales generan cierta satisfacción en el cerebro, similar, menciona el estudio, al placer que provoca ingerir algún alimento o mantener una relación sexual.
Los psicólogos se encargaron de medir las reacciones de las personas que utilizan las redes sociales para comunicarse, y descubrieron que los comentarios que reciben en sus respectivos portales (“muros”) estimulan al individuo, incluso influyen en el autoestima del usuario. “Son como dulces cerebrales” se menciona en el estudio.
La interacción de las personas en Facebook cada vez se vuelve más estrecha e inseparable. Pareciera que pasar un día sin estar “conectados” podría generarnos episodios de desesperación y ansiedad (síntomas parecidos el del síndrome de abstinencia).
La realidad es que el auge de esta red es impresionante a tal grado que, de una u otra forma, ha ido transgrediendo la comunicación interpersonal y al mismo tiempo nos ha hecho dependientes de ésta, y así hemos dejado de lado la utilidad para encontrarnos con la ociosidad.
“Si le damos un uso como una buena herramienta para compartir información con provecho, no se genera ninguna consecuencia negativa a largo o corto plazo, siempre y cuando nos conectemos con cierta medida. El verdadero problema inicia cuando se sustituye la vida virtual con la vida real de la persona, es entonces cuando la red causa una adicción y podemos determinar dicha adicción cuando la vida personal ya no tiene sentido sin la página, es entonces que existe una dependencia y llega el momento de hablar con un especialista para que el usuario tenga un mejor relación con este tipo de web” concluyó el sociólogo Isaac Torres, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México.
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Adicción a Facebook
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¿Qué tiene Facebook para ser tan adictivo?
Aunque no son todos (ni los únicos) factores que pueden hacer de esta red social un portal adictivo mencionaremos algunos:
El deseo de comparación: Sin duda, Facebook alimenta el deseo o incluso la necesidad de compararnos en términos de apariencia, dinero, posesiones, parejas, amigos, con otras personas que participan en la misma red.
El factor de la curiosidad: Este es uno de los puntos más importantes, porque de él depende en gran medida que el usuario que se conecta a Facebook ingrese continuamente a revisar, husmear, investigar, el perfil de sus amigos o sus conocidos para descubrir qué es lo que están haciendo o qué es lo que están diciendo.
El fenómeno de la soledad: Facebook tiene la característica de ser una red que facilita el diálogo (aunque no le hables a esa persona cuando te la encuentras frente a frente, en el “chat” es más fácil comunicarte con él/ella). Las personas que se mantienen “conectadas”, gracias a la gran accesibilidad para ingresar a las plataformas desde diferentes dispositivos, se cuentan por millones. Es decir, siempre habrá alguien con quien hablar.
El auto-engaño de la vanidad: Como se mencionó en el estudio de la Universidad de Harvard, los comentarios influyen de manera determinante en la autoestima del usuario. Muchas personas a menudo creen que su popularidad crece de acuerdo a los amigos que tiene “agregados”; o hasta los más vanidosos valoran su “falsa perfección o belleza” en función de los “likes” o los comentarios positivos en sus fotografías.
El aburrimiento: Facebook es la plataforma multimedia que ofrece infinidad de posibilidades para abaratar el aburrimiento ¿Cómo no podría causar adicción una red social así? Si los juegos, páginas e imágenes que la red ofrece se vuelven la fuente del entretenimiento inmediato y, sobretodo, interminable.
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“No hay que satanizar las redes sociales, considero que en la actualidad nos ha permitido vincularnos con personas que de otro modo no tendríamos acceso, tal es el caso de ciertas redes con cierto perfil profesional, con ciertas actividades que a uno le gustan, con grupos de diferentes afinidades o gustos” concluye el sociólogo Isaías Castillo.
Es verdad que las redes sociales representan un gran avance tecnológico y multimedia que han generado infinidad de beneficios a la sociedad. Son también una gran herramienta complementaria de la comunicación, es imposible dejar de lado el gran avance que este medio ha tenido alrededor del mundo.
Sin embargo, el mal uso, o el manejo excesivo e inadecuado puede provocar consecuencias, inesperadas, como dice Vargas Llosa. Todo depende de ti.
Carlos Martínez/ Junio 2013
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Les dejo una pequeña reflexión que Felipe Ray Tayson hace en un blog: